La ecoetiqueta europea para el calzado está dirigida a fabricantes de la
Unión Europea o que importen a la misma, prestadores de servicios y comerciantes,
que deseen que su producto sea diferenciado con una marca de calidad ambiental.
Indirectamente, también va dirigida tanto al detallista como al usuario
final, pues ellos son quienes deben tomar la última decisión a la hora de
adquirir un producto u otro. Asimismo constituye un elemento más de información
para el consumidor que puede contribuir en su proceso de decisión final,
ya que en varios países y sectores, la ecoetiqueta se ha convertido en un
factor determinante en la decisión de compra por parte de los consumidores.